El Manual de Instrucciones
- Iglesia Buenas Nuevas Yaritagua
- 3 may 2019
- 3 Min. de lectura

¿Alguna vez les ha tocado armar algo? ¿Algún mueble prefabricados, una bicicleta, o aparato de ejercicios? ¿Qué hacen primero? ¿Leen el manual o se lanzan a armar el aparato en cuestión sin tener la más mínima idea de por dónde comenzar? Bueno, creo que la mayoría de nosotros los venezolanos solemos lanzarnos de lleno a armar cualquier cosa sin antes tomarnos el tiempo de leer las instrucciones. No sé si es una cuestión de idiosincrasia pero generalmente es lo que hacemos. Y luego de rompernos la cabeza intentando descifrar qué pieza va arriba y qué tornillo corresponde, es cuando decidimos mirar las instrucciones. Y allí es cuando se apodera de nosotros el terror… Al cabo de tres horas perdidas nos damos cuenta de que hicimos todo al revés, ¡absolutamente todo! Entonces, toca desarmar y comenzar de nuevo.
Nos empeñamos SIEMPRE en hacer las cosas a nuestra manera, porque creemos que no necesitamos que nada ni nadie nos dirija, ya que ¡nos las sabemos todas! “¿Quién yo? ¿Leer instrucciones? ¡Jamás! No hace falta, no es necesario. ¡Yo puedo solo!”
Las instrucciones fueron diseñadas para ayudarnos, para guiarnos, y llevarnos al fin esperado. Muchas veces al hacer las cosas a nuestra manera terminamos dañando lo que necesitamos armar o construir, y todo por no seguir el manual. De la misma manera sucede en nuestras vidas. Tenemos un Creador, quien nos hizo y diseñó y él sabe mejor que nadie qué nos conviene y qué no. Sabiendo cómo somos se encargó de dejarnos un manual, una brújula que nos guía, un mapa del camino, en fin, nos dejó un MANUAL DE INSTRUCCIONES y ese manual es la BIBLIA. Pero, la mayoría de las veces queremos seguir nuestro propio camino, porque pensamos que sabemos más que Dios y no hace falta consultarle.
La Biblia nos dice en Proverbios 14:12 (Versión Reina Valera – 1960): “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. Eso significa que muchas veces vamos caminando por sendas que son “aparentemente buenas” pero son contrarias a la voluntad de Dios para nosotros; son caminos que nos apartan de Dios y terminarán en muerte espiritual. ¿Cómo sabemos cuál es el camino a seguir? ¡Pues leyendo el manual de instrucciones! ¿Y cuál es ese manual? ¡La Biblia! Quizá me digas: ¡La Biblia es aburrida! ¡No la entiendo! ¡No tengo tiempo! Frente a todas esas posibles respuestas te diré que vale la pena detenerse un poco a leer ese manual tan preciso y tan lleno de consejos que si los seguimos nos librarán de mucho dolor y nos guiará a tomar las mejores decisiones.
Quizá al principio te sea un poco complicado, pero a medida que te vas acostumbrando a leerla, y pidiendo a Dios te hable a través de ella estoy segura que irás comprendiendo el hermoso mensaje de Dios para ti. La Palabra de Dios es su carta de amor.
Por muchos años la Biblia ha sido vilipendiada, cuestionada, puesta en duda, pero ella ha sobrevivido a todas esas críticas. Se ha demostrado su veracidad y su historicidad. Ella ha sido el yunque en el cual se han desgastado muchos martillos porque fue, es y será la Palabra de Dios. Una palabra que no es muerta, sino una que tiene vida en sí misma, porque es el aliento de Dios, fue inspirada por él. Tal como dice Hebreos 4:12 (Versión Nueva Traducción Viviente): “Pues la Palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos”. La Biblia nos revela lo que somos, y muestra nuestro estado espiritual. Por eso, muchos no quieren creer en ella. No es que no pueden, no es que no hay evidencias, no es que no se puede probar su veracidad. Simplemente, no quieren creer en ella porque eso significaría tener que cambiar aspectos de sus vidas que no son conforme a la voluntad de Dios y están demasiado aferrados a sus vidas alejadas de él.
¿Hoy te pregunto, qué decisión tomarás? ¿Te tomarás el tiempo de leer el manual de instrucciones de Dios? Para él nunca es tarde para cambiar de rumbo, siempre hay oportunidad de elegir otra ruta y tomar el camino correcto, aquel que aún pasando por en medio del valle de sombra de muerte te hará llegar a buen puerto, ¡a un lugar seguro!
¿Qué esperas para comenzar a leer el manual de instrucciones?
Beverly Guevara
Departamento de Redacción ILBNY
Comments